Leer Capítulo Completo
Saluda á Prisca y á Aquila, y á la casa de Onesíforo.
Y el Señor me librará de toda obra mala, y me preservará para su reino celestial: al cual sea gloria por los siglos de los siglos. Amén.
Erasto se quedó en Corinto; y á Trófimo dejé en Mileto enfermo.