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Mantengamos firme la profesión de nuestra fe sin fluctuar; que fiel es el que prometió:
Lleguémonos con corazón verdadero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua limpia.
Y considerémonos los unos á los otros para provocarnos al amor y á las buenas obras;