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Y las salutaciones en las plazas, y ser llamados de los hombres Rabbí, Rabbí.
Y aman los primeros asientos en las cenas, y las primeras sillas en las sinagogas;
Mas vosotros, no queráis ser llamados Rabbí; porque uno es vuestro Maestro, el Cristo; y todos vosotros sois hermanos.