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También ella, como robador, acecha, Y multiplica entre los hombres los prevaricadores.
Porque sima profunda es la ramera, Y pozo angosto la extraña.
¿Para quién será el ay? ¿para quién el ay? ¿para quién las rencillas? ¿Para quién las quejas? ¿para quién las heridas en balde? ¿Para quién lo amoratado de los ojos?