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Sé sabio, hijo mío, y alegra mi corazón, Y tendré qué responder al que me deshonrare.
No dejes á tu amigo, ni al amigo de tu padre; Ni entres en casa de tu hermano el día de tu aflicción. Mejor es el vecino cerca que el hermano lejano.
El avisado ve el mal, y escóndese, Mas los simples pasan, y llevan el daño.