Leer Capítulo Completo
El que amansa el estruendo de los mares, el estruendo de sus ondas, Y el alboroto de las gentes.
Tú, el que afirma los montes con su potencia, Ceñido de valentía:
Por tanto los habitadores de los fines de la tierra temen de tus maravillas. Tú haces alegrar las salidas de la mañana y de la tarde.