Leer Capítulo Completo
No escuchó la voz, ni recibió la disciplina: no se confió en Jehová, no se acercó á su Dios.
AY de la ciudad ensuciada y contaminada y opresora!
Sus príncipes en medio de ella son leones bramadores: sus jueces, lobos de tarde que no dejan hueso para la mañana: